domingo, 1 de noviembre de 2009

Dia D (despedida y cierre)

El día de la botadura resultó bastante completo (como casi todos los días pasados allí). Sin demasiado tiempo para asentar las emociones propias y ajenas fuimos invitados a participar en un reportaje de televisión. Nuestra intervención se limitó a acompañar a los protagonistas en su excursión a un fiordo lleno de icebergs y en hacerle de motor al cámara en un kayak doble. No sería destacable a no ser por los sabios comentarios de Txema, que sabe imponerse a las exigencias del guión y del formato:


domingo, 25 de octubre de 2009

Dia D (flota!)

Subir al umiaq de un salto, in extremis, resultó mucho más fácil que convencer a unas cuantas señoras de que tenían que sentarse en el suelo so pena de zozobrar.  No me sabía la expresión groenlandesa para "so pena de zozobrar" y mi cara de terror no bastaba para hacerles abandonar la comodidad (y la dignidad) del banco. Cuando la cosa empezó a inclinarse de verdad Eva consiguió que su potente voz danesa se impusiera a los chillidos generalizados y algunas se sentaron el el suelo. Creo que la obispo todavía no me lo ha perdonado.

La zodiac llegó, con su entusiasta tripulación, a tiempo de velar por la seguridad de los múltiples grupos que por turnos fueron probando el umiaq y el qajaq.








Dia D (al agua!)

La comitiva llegó felizmente a la orilla

Javier improvisó unas palabras (algo así como "tenemos que esperar a que llegue la zodiac") tras las cuales la gente se sentó a esperar (un ratito, al menos)

hasta que alguien decidió empezar la ceremonia con un discurso en la lengua nativa que yo traduje para mí como "bueno tú, que me pongo nervioso, vamos a meter esto en el agua y ya veremos, que vengan las señoras que esto es tradicionalmente un barco para ellas" Como un discurso así en lengua inuit vienen a ser como tres palabras, en un visto y no visto el umiaq estaba en la misma orilla, lleno de señoras que reían nerviosamente ante la idea de agarrar un remo por primera vez en su vida.

Día D (preparativos)

La convocatoria pública a la botadura del umiaq, aprovechando nuestra participación en un caffemik,  fué recibida con lo que a mi me pareció una notable indiferencia. Me equivoqué, claro. Supongo que esperaba algo así como "qué bien, vendremos encantados" o cualquier otra fórmula más versallesca. Allí no se estilan este tipo de manifestaciones corteses de júbilo anticipado. Lo cierto es que al día siguiente, desde primera hora, empezó a llegar gente vívamente interesada en el acontecimiento.

Algunos chavales acogieron la idea de terminar de montar el umiaq con alegría disfrazada de profesionalidad.

Estábamos esperando la llegada de una Zodiac, para que nos hiciera de soporte táctico y de barca de salvamento si llegaba el caso. Dudábamos de las habilidades natatorias de los inuit y el umiaq nos había dado algún susto en las pruebas previas, en un Mediterráneo calentito.  La Zodiac, sin embargo, estaba a bastantes millas de distancia; viniendo, pero todavía lejos. Cuando ya se había congregado bastante gente, iniciamos el porteo, en una curiosa procesión y entre bromas que entendían los que las entendían. El personal masculino abría la marcha, cargando el objeto presuntamente flotante. Detrás, con la obispo a la cabeza, las que estaban destinadas a ser las protagonistas de la historia, aunque nosotros lo ignorábamos. Deberíamos haberlo sospechado al ver a los hombres con vestimenta de trabajo y a algunas de las señoras en bikini y con la toalla al hombro.

Morriñaq

Etimológicamente, la nostalgia duele. ¿Servirá como argumento para excusar mi falta de dedicación al blog? En cualquier caso, el ambiente lluvioso, al fin, y la temperatura ya algo fresquita por las noches, me han despertado una gran morriña (morrinarsuaq?) por revivir aquel aire de otoño en pleno verano ártico.
A ver si lo voy terminando:


Entre celebraciones  festejos terminanos de montar la estructura. La cubierta de lona volvió a encajar perfectamente y recibió unos toques de pintura de manos de JK. Todo bajo la atenta mirada de la estatua de Leiff Eriksson, cariñosamente conocida como "el monigote".

domingo, 23 de agosto de 2009

Pausas

El verano ártico es fugaz e intenso. La naturaleza lo sabe y se precipita, serena pero implacablemente. Los habitantes del lugar hacen lo propio: es época de reencuentros familiares y de celebraciones que terminan, sabiamente, en una comilona. El 21 de junio es la fiesta nacional (este año además celebraban su independencia (!?) de Dinamarca), el 24 desde el Hostel correspondimos con una "fiesta española", a los pocos días una confirmación especial con la presencia de la Obispa de Groenlandia y el correspondiente festín, no pasó una semana antes de que desapareciera todo el mundo para asistir durante cuatro días a la fiesta de los granjeros en Qaqortoq, a unos 100 km fiordo abajo... y así.
Las fotos corresponden a la fiesta del Hostel el día 24, en que la terraza-taller se tuvo que despejar para que cumpliera su función principal. El qajaq (sí, el del blog!!!) colgando por el exterior de la barandilla y el incipiente umiaq haciendo lo propio en la otra esquina.
Lo cierto es que resultó una pausa la mar de agradable. Sucumbieron al entusiasmo dos enormes paellas, unas 10 tortillas de patatas, jarras de sangría... lo normal, vamos, incluyendo una larga conga que, encabezada por un cojo (!), dió la vuelta al hostel y no decayó ni siquiera al subir la escalera, que ya tiene mérito.
En la foto cuento varios Ottos: Otto el piloto (no es broma, pilotaba una de las zodiacs de Tasermiut), Otto el taxista (tampoco es broma: Narsaq, con unos 1500 habitantes, cuenta con un servicio de 15 taxis!!! conectados por radio, y no hay una sola carretera que salga del pueblo), Otto el organista (imprescindible en un servicio religioso)... La mayoría de los Ottos se llaman Otto Frederiksen, como el fundador del pueblo en 1924, y son de hecho su viva imagen. Cuento además un Ottorak, diminutivo de Otto. Al "pequeño Otto", desmejorado después de una muy reciente operación a corazon abierto, le he conocido yo con unos 120 kg., (los inuit en general no están educados en la ironía: un chiste en este sentido no sería bien recibido) Ottorak es el mecánico en un pueblo de granjeros, especializado pues en maquinaria pesada. Se cuenta que mató un oso en Narsarsuaq, hace como veinte años. Viene a ser a Qassiarsuq lo que Esautomátix a la aldea de Astérix, con un carácter parecido. Sus miradas de aprobación ante el umiaq y su interés fueron la prueba definitiva de que nuestra idea conectaba con el pueblo.


Qassiarsuq cuenta oficialmente con unos 60 habitantes, incluidas las granjas de alrededor. Creo que en la fiesta eramos más. El "párking" del hostel presentaba este aspecto, que no era muy distinto del que presentaba el embarcadero.


Una buena primera inmersión en el ambiente y la lengua del país.

(re)construcción

La verdad es que no hay mucho que contar en lo que se refiere al proceso de (re)construcción del umiaq: todo transcurrió según lo previsto, vaya. Las piezas llegaron en perfecto estado. Incluso los listones más largos sobrevivieron a los intensos fríos y a la larga exposición al sol dentro de su envoltura de plástico (cosa nada recomendable). La cosa se limitaba, pues, a largas sesiones de ligadas con el hilo que nos habían fabricado prácticamente a medida. Algo que ya habíamos hecho muchas veces, sólo que esta vez era la definitiva. Todo iba encajando en su sitio con absoluta placidez y las horas transcurrían en un entorno casi zen, repitiendo los mismos movimientos, viendo pasar a la misma gente, sin relojes, sin calendarios. Despertarse cuando el cuerpo lo pedía (a las 5 de la mañana, los primeros días), desayunar en la impagable terraza-taller, añadir algunas piezas, pescar algunos bacalaos con Mariano (cuánto se te echa de menos, Mariano!), volver a desayunar con más gente cuando te dabas cuenta de que tan sólo eran las nueve de la mañana, descubrir que el Norte está justo donde te imaginabas el Oeste, contar otra vez la historia del umiaq, intercambiar miradas con algún inuit empático (valga la redundancia), descubrir a cada comida el saber hacer de Dada, escuchar las historias de los demás hasta agotar la capacidad de sorprenderse, cantar algunas barbaridades, chismorrear cual costureras, escaparse en un paseo de cinco minutos y experimentar una soledad profundísima, colaborar en alguna ñapa de fontanería en una casa remota (valga la redundancia), taparse un poco cuando llovía, abrigarse algo si soplaba una brisa... No sabría decir cuántos días pasaron de esa agradable rutina, lo cierto es que el umiaq avanzaba, sin prisas y con algunas pausas...



martes, 28 de julio de 2009

Leif Eriksson Hostel


El Hostel de Qassiarsuq es el centro neurálgico de las operaciones de Tasermiut (Tierras Polares en Groenlandia) Por aquí pasan la mayoría de viajeros en sus expediciones y desde aquí se coordina la complicada logística que permite a los diversos grupos completar sus viajes. Ha sido un privilegio contemplar de cerca, durante casi un mes, el buen hacer de sus responsables y colaborar en la medida de mis posibilidades.
El Hostel es además un foco de atracción para otros viajeros. No hay turismo anodino por estas tierras. Un par o tres de ejemplos: recayó en el Hostel un botánico danés que lleva casi 30 años estudiando la flora de Groenlandia. Quería echar un vistazo a un círculo de setas que lleva todo este tiempo controlando y que ahora tiene unos 100 metros de diámetro. Mantenía en su casa de Dinamarca 20 especies de fresas. Está escribiendo un libro que ha de ser la Obra definitiva. Normal, todo muy normal. A los pocos días llegaron dos ornitólogos daneses dedicados al estudio de los halcones peregrinos que llegan a la zona procedentes de América del Sur. Otros 28 años de estudios continuados y de trabajo minucioso, de anillamientos, de análisis de nidos, de escaladas... Buscaban refugio después de su fugaz encuentro con un oso mientras estaban acampados al otro lado del fiordo (el oso, un ejemplar joven, acabó sus días en este lado del fiordo, a unos 6km del hostel, a manos de un granjero. El oso goza allí de una consideración parecida a la del lobo aquí y éste estaba lejos de lo que es su hábitat consentido) Coincidí durante mi primera semana con un grupo de submarinistas madrileños. En sus immersiones extremas fijaron la posición del S/S Montrose, un carguero hundido durante la segunda guerra mundial mientras se dirigía a Narsarsuaq cargado de criolita, un mineral estratégico en su momento, para unirse a un convoy. En torno al barco se forjó, como no, una leyenda: se dice que lo perseguía un submarino alemán y que por eso embarrancó en unos bajos harto conocidos. Otra versión apunta a que el capitán lo encalló para no tener que alejarse de su tierra natal... Un país de intensas historias personales que se acrecientan con los años y con el clima.

Los nativos tienen tambien historias personales lo suficientemente intensas como para no sorprenderse por nada. Me fue dado conocer algunas de ellas gracias a Eva, danesa profesora de español, que tuvo un intenso contacto con las granjeras de la zona. Desvelarlas resulta tentador, pero sería desleal. De todas formas, alguno resume el tipo de actividades que observan en el albergue de Qassiarsuq rebautizándolo como "Crazyarsuq", que no es un mal resumen.

En este contexto, dos tipos construyendo un umiaq despiertan una cierta curiosidad, pero no alteran para nada el intenso y fugaz verano ártico.

sábado, 25 de julio de 2009

caziarsú


Touryak se preguntaba en un comentario anterior por dónde navegaba la Martina. Pues se encuentra donde se ve en la imagen: en Qassiarsuq, a unos 50km al norte de Narsaq (lo que son unos cinco días a pie, sin caminos definidos) y a unos 4km de Narsarsuaq, , el segundo aeropuerto internacional de Groenlandia, cruzando el fiordo:


(Si tienes la suerte de que el viento sople del fiordo, el fokker 50 te deja aquí despues de aproximarse deslizándose encajado entre las paredes del glaciar. Alucinante!)


miércoles, 29 de abril de 2009

Una nueva incorporación al equipo

De la mano y de la inteligente sensibilidad de Pedro (Hopeless) nos llega la digitalización del umiaq:




Y por si fuera poco, un magnífico análisis de los datos obtenidos. Tratándose de la cualificada opinión de alguien que ha digitalizado y clasificado un buen montón de pequeñas embarcaciones, sería ingrato guardarnos sus comentarios sólo para nosotros. 
Recorto y pego:
...yo creo que lo que ha salido es sensato. Probando con desplazamientos equivalentes a unos cinco tripulantes el calado que resulta no parece muy diferente a lo se ve en tus fotos...
...Para obtener una curva "buena" habría que decidir lo primero a que altura sobre la quilla está el centro de gravedad, cosa a la que con este trasto no me atrevo y luego hacer algún cálculo más. Sin embargo, no creo que importe mucho ya que lo que si dicen estos datos es que por encima de unos 35 grados  con 465 kg y de 25 grados con 971, las bordas ya se sumergirían. Sinceramente, no creo que el umiaq (bien estibado, claro) hubiera volcado por debajo de estas inclinaciones. Al menos, no muy por debajo...
...Me ha llamado la atención el relativamente poco esfuerzo que requiere llevar este barco, incluso bastante cargado, hasta unos 4 nudos. Más deprisa ya es otra historia, pero 4 nudos ya es una velocidad que, mantenida, rinde... Y teniendo en cuenta que ese esfuerzo se repartiría entre varios remeros, sugiere que una tripulación podía remar bastantes horas al dia a buena velocidad sin cansarse, y transportando cargas considerables. Eficiencia, vaya. Cosa que con los antecedentes de sus creadores no tendría que ser sorpresa... Eso sí, me pregunto hasta que punto toda esta teoría coincide con vuestras sensaciones... B-)...

Amén!

Espero encontrar tiempo, antes de partir, de recopilar los datos recibidos y distribuirlos en un formato póster, como deberíamos haber hecho antes de empezar (como haremos en el próximo proyecto, sea el que sea, si Pedro sigue teniendo la paciencia de aguantar las tonterías de dos tipos que se van esquimalando por momentos)

Mil gracias!

viernes, 10 de abril de 2009

La abuelicidad

Tener nietos no te convierte en abuelo en la misma medida en que tener un piano no te convierte en pianista. Hay que dedicarse a ello. 
Javier, que ya ejercía de abuelo de los nietos de otros, vive intensamente su abuelicidad y ya prepara con esmero el futuro viaje de su nieta a Groenlandia. Martina podrá leer, en su día, el nombre que su abuelo, armado del imprescindible paraguas del abuelo y de la caligrafía aprendida en la infancia, le grabó en un barco. 
Bonita herencia.

ojos críticos

Finalmente, se botó.
 Entre los múltiples asistentes al evento ninguno que, o directamente o por "unidad familiar",  no hubiera construido un qajaq por lo menos! Venidos además de bien lejos: groenlandeses gallegos, de Oropesa,  parte de la tribu catalana... Daba un poco de miedo observar tantos ojos expertos escaneando el umiaq. En tierra pareció merecer su aprobación. En el agua, cargado y probando estabilidades... los ojos expertos empezaron a ponerse bizcos intentando prever por cual de los costados zozobraría. 
Aprendimos muchas cosas, que era de lo que se trataba además de lo festivo:
  1. El umiaq nos recordó lo importante que es una correcta estiba, y más en un bote de su tamaño. En resumen: si sólo se carga en los bancos no caben más de cuatro sin riesgo de la estructura y de la estabilidad. Si la carga se distribuye bien, en cambio, se puede cargar tanto como se quiera. Se trata de mantener el centro de gravedad bajo, evidentemente. Con la mayor parte de la tripulación sentada en el suelo llegó a llevar hasta más de diez veces su peso, que no está nada mal para una estructura de unos 70 quilos. Con sólo dos o tres tripulantes resultó ser muy rápido, estable y manejable. 
  2. Un buen palista no es necesariamente un buen remero. Hay que mejorar el sistema de escálamos y estrobos para adaptarlo a remeros inexpertos, que éramos casi todos.
  3. Si alguien se cae (o se tira!) al agua no es fácil volver a embarcar.
  4. Como en los qajaqs, la flexibilidad es importante. Ramón Larramendi llevaba toda la razón al valorarlas como embarcaciones fáciles de reparar in situ. Además se pueden romper elementos sin que se resienta el conjunto. Las bridas de nylon no son ni la mitad de resistentes que una simple ligada esquimal.
  5. Cabeza abajo proporciona abrigo suficiente por lo menos a seis personas (talla europea).
  6. Durante el proceso de construcción nos hemos reído mucho de los que menosprecian las "tecnologías primitivas".  Ahora todavía nos reímos más.
  7. ...
Me tranquilizó constatar que al final de la jornada en los ojos expertos brillaba la satisfacción por la experiencia vivida.


jueves, 2 de abril de 2009

Logística

Ya hay fecha para el transporte. A mediados de abril Chema, Javi y Sonia se lo llevan en furgoneta hasta Dinamarca, donde embarcará con destino a Narsarsuaq. La fecha prevista de llegada es... cuando el hielo lo permita. De momento lo que permite el hielo es que los inuit de la zona crucen el fiordo en coche!

Después de la botadura mediterránea (prevista para el domingo, 5 de abril) tendremos que desmontarlo y empaquetarlo. Yo creo que les cabrá en la furgoneta, incluso sin tener que sacar el oso.


Normal, todo muy normal.

(in)estabilidad

Tal que así debería lucir en el agua, a falta de inventarnos algo parecido a unos escálamos, de pulir los acabados de la lona y de acabar de colocarle los veinte quilos de "parquet" que nos hemos sacado de la manga para pisarlo a gusto y con gracia.
La duda es si lucirá más bien como en la foto siguiente. No hemos tenido tiempo (ni la habilidad suficiente) de introducir las medidas en el freeship para comprobar la estabilidad, el desplazamiento y todas esas cosas. Confiaremos en el buen hacer de los inuit a quienes hemos copiado. Lo demás, puro empirismo: el desplazamiento se calculará pesando a los tripulantes que quepan hasta que empiece a entrar agua (más los 82 quilos del barco), la velocidad de casco será la que llevemos cuando los remeros empiecen a insultar al timonel, la línea de flotación la marcaremos con un rotulador en lo que quede seco (si queda algo)... y así con todo. 
La estabilidad... esperemos que algo más que la que tiene sobre unos rulos neumáticos.


miércoles, 1 de abril de 2009

Vaya tela II

Al final la tela no se ha dejado poner en una sola pieza. Han sido dos laterales, el fondo y dos triángulos en lo que nosotros hemos venido a llamar las zonas del tanga, en un alarde de terminología náutica. Precisamente en la foto se aprecia cómo Javier está encolando la zona del tanga de proa. De fondo cantábamos una canción alegórica, de escasa letra, sobre algo de un "tanga del revés" que sólo recordarán los más entrados en años y versados en chabacanerías. Lo que aquí se le ve es el fondo aún por encolar.
La cola, por cierto, se ha comportado de maravilla, al menos por el momento. Admite mil formas de uso, aunque ninguna inodora. La compramos a granel, en un proceso digno de Dickens, pero eso ya es otra historia.

domingo, 29 de marzo de 2009

ollaos


Pues resulta que lo que nosotros llamábamos ojales (y "ojetes" en los malos momentos) se llaman, en realidad, ollaos. Y se colocan con la maquinita que nos hemos agenciado. Afortunadamente, porque, con las pruebas, llevamos ya más de un centenar de ollaos-ojales-ojetes colocados. 
Tiene un aspecto irresistiblemente clásico, funciona a la perfección y es un diseño de cuando todavía se ponían nombres de verdad a las máquinas.

Martina


No sé si los umiaqs árticos llevan nombre, pero los mediterráneos seguro que sí. Además, aquí las embarcaciones suelen llevar nombres de mujer, hasta el punto de que al matricular una embarcación te dicen que todos los nombres de mujer están ya ocupados, que te vayas inventando algo. Nosotros no vamos a matricular el umiaq, pero sí que le pondremos un bonito nombre: MARTINA. 

La Martina de la foto es la nieta de Javier. Nació éste miércoles, mientras Javier estaba en mi casa, salido ya de cuentas, y más centrado en su inminente abuelicidad que en el trabajo. Pesó sus buenos cuatro kilos. Y... fue concebida en Groenlandia!

Qué menos, pues, que ponerle el nombre de la nieta al parto del abuelo.


Edito: resulta gratis e inevitable sacarles parecidos a los bebés, pero cualquiera que haya visto a Javier echar una cabezadita en un sofá, con su particular forma de cruzar los brazos, tendrá muy claro a quién se parece la niña en la primera de las fotos.

domingo, 22 de marzo de 2009

vaya tela I


Cubrir de tela un SOF siempre da un poco de pena. Cubrirlo de lona de PVC color "gris submarino" da a ratos incluso un poco de rabia. Es un material bien poco agradecido. En su descargo se puede decir que es razonablemente translúcida para ser lona.

últimos toques

Estamos ya dando los últimos toques. Esto se va acabando. De hecho, la estructura ya está terminada y aceitada, a falta de alguna mano de barniz en los tableros que hemos decidido añadir a última hora para que se pueda pisar con más confianza.
Las ligadas de los largueros de banco han sido lo último.


A partir de aquí, toca la tela. Nos hemos procurado una lona de PVC, lo único que presumimos que va a aguantar el proceso de plegado. Teníamos la vana esperanza de montarla en una sola pieza, con uniones tan sólo en roda y codaste. De ahí el rollo de 250cm de ancho que descansa sobre el umiaq puesto panza arriba.


Pronto nos hemos dado cuenta de que no sería tan fácil. 
De todas maneras, nada nos quita la ilusión. Hemos hecho acopio de remos, y esto ya huele a mar!



miércoles, 18 de marzo de 2009

Nos vemos en Groenlandia!



Sonia, Chema y Javi, del equipo de Tierras Polares en Groenlandia, estuvieron en casa viendo el umiaq y tomándole medidas para organizar el transporte. 
Creo que les causó buena impresión nuestro trabajo. Buena gente: dinámica, profesional y entusiasta de su trabajo. 
Nos despedimos con un nos vemos en Groenlandia.
¡Qué bien suena eso!

jueves, 12 de marzo de 2009

Larramendi y otros dos

Me llegaron hace días las fotos que comenté en otro post del día en que presentamos el proyecto a Ramón Larramendi, poco antes de que partiera para otra de sus aventuras. Era en una conferencia sobre su gran expedición antártica y el público estaba formado, como no, por montañeros, que miraban sorprendidos a los dos tíos que se estaban sacando fotos con Larramendi mientras sujetaban la radiografía de un barco.


From umiaq

Largueros de pantoque

Leo en el blog de Pedro la que sin duda es la mejor traducción de lo que nosotros hemos llamado hasta ahora stringers: largueros de pantoque. Él se la atribuye a Xabier L., un prolífico adicto a la construcción de qajaqs, que lo leyó en algún sitio. Yo, cada vez más carpintero de secano, me rindo de admiración.
Cuando los largueros son realmente largos, la mejor manera de sacarlos de su tablón es con una sierra de disco portátil y una hoja estrechita:


Después basta pasarlos por una buena regruesadora. La de la foto es una Makita, una auténtica maravilla. Se puede graduar casi a la décima, no se acobarda con nada, es relativamente portátil y deja unos acabados de espejo. Sin duda, mi mejor compra en muchos años.



el retorno!

Demasiados días sin reportar novedades. El caso es que el tiempo se nos echa encima y andamos algo agobiados: a mediados de abril tiene que estar terminado para emprender su viaje y antes habremos tenido que probarlo y no tenemos resuelto el tema de la piel y ya llevamos gastados varios centenares de bridas de nylon en el proceso de construcción-deconstrucción... y nos olvidamos de sacarle fotos al proceso, y de actualizar el blog, y de que tenemos que fijar un día para la botadura!

Vamos a remediar, por partes, lo que se pueda:



Con ésta ilustramos el proceso de talla de una costilla. Hemos aprovechado para la foto una pieza que sobró, una muestra de dislexia, una a punto de redondear cantos y una terminada a falta de aceite. Por cierto, estupendo abeto.

Si se repite el proceso veinte veces se obtiene esto:



Visto de otra forma:


Aquí están ordenadas emparejando la ranura del larguero de bancos, el interior. Se puede observar que varían las longitudes en ambos extremos de cada costilla, en una medida que no se puede predecir fácilmente. Lo mejor es presentarlas todas en bruto habiendo hecho el encaje superior y el inferior (con sus ángulos variables marcados con el sistema de galgas de cartulina), marcar el encaje, desmontarlas para tallar el encaje y las formas, volver a montar, marcar el encaje del stringer exterior, montarlas para encajar ambos largueros y marcar encajes en roda y codaste...

Un momento del proceso, con las costillas y otras piezas "en bruto"

montar-desmontar, montar-desmontar, he aquí nuestro nuevo mantra.

sábado, 21 de febrero de 2009

La "redondeadora"

Redondear a mano listones de siete metros da un poco de pereza. Un amigo intelectual lo ve muy simple: se impresionó en su momento con la regruesadora y al ver las bordas ya terminadas ha dado por hecho que me había comprado una "redondeadora". No es el caso, pero he conseguido convencer a mi hijo para que hiciera la función. No se le da mal. Con su ayuda, la cosa ha quedado así:

Tetris


Haber tenido una cierta experiencia con el tetris ayuda a la hora de encabir un umiaq a medio construir en un garaje habitualmente ocupado por una furgoneta, un kayak de strips, dos motos y varias máquinas encajadas en una estanteria repleta de mil tonterías.
El medio-umiaq cabe sobradamente puesto en diagonal en la pared. Una vez plano en el suelo ya no le sobra tanto:


A pesar de todo, hay cosas que no caben más que en el almacén de madera (léase balcón)