viernes, 10 de abril de 2009

La abuelicidad

Tener nietos no te convierte en abuelo en la misma medida en que tener un piano no te convierte en pianista. Hay que dedicarse a ello. 
Javier, que ya ejercía de abuelo de los nietos de otros, vive intensamente su abuelicidad y ya prepara con esmero el futuro viaje de su nieta a Groenlandia. Martina podrá leer, en su día, el nombre que su abuelo, armado del imprescindible paraguas del abuelo y de la caligrafía aprendida en la infancia, le grabó en un barco. 
Bonita herencia.

1 comentario:

Menk dijo...

Esto de ser abuelo te cae estupendamente...
Enhorabuena por Martina nieta y Martina umiaq.

Una abraçada ben forta!

Carles i M.Teresa