domingo, 25 de octubre de 2009

Morriñaq

Etimológicamente, la nostalgia duele. ¿Servirá como argumento para excusar mi falta de dedicación al blog? En cualquier caso, el ambiente lluvioso, al fin, y la temperatura ya algo fresquita por las noches, me han despertado una gran morriña (morrinarsuaq?) por revivir aquel aire de otoño en pleno verano ártico.
A ver si lo voy terminando:


Entre celebraciones  festejos terminanos de montar la estructura. La cubierta de lona volvió a encajar perfectamente y recibió unos toques de pintura de manos de JK. Todo bajo la atenta mirada de la estatua de Leiff Eriksson, cariñosamente conocida como "el monigote".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Cuanto me gusta que te invada la morriña!!!!
;-)

Gracias Xevi