Un umiaq. Construir un umiaq en casa, disfrutando del proceso junto a Javier Knörr, como tantas otras veces. Probarlo en el cálido Mediterráneo con una pequeña tribu de amigos. Desmontarlo para mandarlo a Groenlandia. Volver a montarlo allí, en el fondo de un fiordo, viendo pasar los témpanos de hielo, durmiendo en una tienda esquimal a tres horas del pueblo más cercano, con las mínimas herramientas,...
Hay que tener cuidado con los sueños. A veces se cumplen!
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